Hay una frase que podría resumir en forma sencilla este artículo: "Los accidentes son imprevistos pero no imprevisibles". Lo que se quiere significar es que los accidentes son siempre imprevistos en el momento que ocurren pero si nos preparamos adecuadamente podremos evitar a los mismos y hacerlos previsibles.
Los accidentes no ocurren por "mala suerte" ,por la "fuerza del destino" o por "casualidades". Detrás de cada accidente hay una medida de prevención que no se cumplió por desconocimiento o negligencia.
Un niño que juega en la bañera o en la pileta sin la observación de un mayor en forma permanente, un hogar con medicamentos al alcance de un chico, enchufes sin la debida protección, niños que viajan en el asiento delantero de los autos son todos campos propicios para la ocurrencia de accidentes. De nada sirve decir: "nunca lo hizo", "nunca lo toca", "nunca choqué", "me descuidé unos segundos" . Sin embargo es lo primero que se dice una vez que se produjo el episodio.
Para cada edad del niño hay accidentes característicos. Conociéndolos de antemano podremos corregir actitudes o acondicionar nuestro hogar para que los mismos no ocurran.
En las próximas entregas enumeraremos por edad los accidentes más frecuentes.
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Los golpes en la cabeza son frecuentes en los chicos y la mayoría de las veces carecen de gravedad. Sin embargo algunos de ellos requieren una especial atención.
Todo traumatismo que provoque pérdida del conocimiento, por más sutil o breve que sea debe ser evaluado por un médico quien solicitará los estudios que considere convenientes.
Todo golpe que sea seguido por vómitos, vértigos o mareos requiere los mismos recaudos que el ejemplo anterior.
No todo golpe en la cabeza requiere una radiografía de cráneo . En forma inversa, una radiografía normal no es sinónimo de benignidad del golpe. Esto sucede porque en algunos traumatismos el cerebro puede vibrar y sufrir lesiones sin necesitar, para que ello ocurra, una fractura o lesión de los huesos del cráneo. Por ello es muy importante el estado general del chico, la observación de los padres y del médico si fuese necesario.
Cuando el niño deba dormir luego del accidente podrá hacerlo sin problemas. Lo importante es despertarlo durante el transcurso de la noche para poder realizar la observación referida. Una vez comprobado que se encuentra bien, que durante el sueño no ha vomitado ni se ha quejado, podremos permitirle dormir hasta la mañana. En caso contrario se deberá consultar a la brevedad al médico.
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Cuántas veces habremos padecido episodios de tos. A cuántos jarabes debimos recurrir para encontrar la solución salvadora y cuántas veces nos decepcionaron!
Sin embrago, la tos es casi siempre un beneficioso síntoma que se pone en funcionamiento cuando las vías respiratorias se encuentran obstruidas por moco o por cualquier otro mecanismo que perturbe el normal flujo de aire. Por lo tanto en la gran mayoría de las veces es conveniente tenerla de aliada para que con su ayuda los mocos se eliminen en forma más rápida y fácil.
El famoso "vapor de agua" o las clásicas nebulizaciones con solución fisiológica alcanzan
generalmente para que, en caso que haya mocos, se diluyan y de ese modo faciliten su
eliminación y acorten la duración de la tos.
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Se denomina así a la enfermedad respiratoria que afecta a niños desde los primeros meses de edad hasta los dos anos aproximadamente.
Su origen es viral y afecta, como su nombre lo indica a los bronquiolos, la parte más pequeña y última de los bronquios. El virus actúa obstruyendo a los mismos y dificultando por lo tanto el libre paso del aire.
La enfermedad se inicia como un simple resfrío, con o sin fiebre al que posteriormente se agrega la dificultad respiratoria, "fatiga, de grados variables. Es común su aparición en otoño e invierno y habitualmente algún integrante de la familia se encuentra resfriado o con gripe.
En relación al grado de fatiga el niño podrá estar ligeramente afectado o con gran dificultad para respirar, lo que traerá problemas para poder conciliar el sueno o alimentarse, determinando en estos últimos casos el tratamiento hospitalario.
Por ser viral su origen, no hay antibiótico que actúe. La terapéutica consiste en humedificar el aire que respira el niño por medio de nebulizaciones, cuidar de la alimentación para que no se ahogue y de ser necesario aportar líquido por vía endovenosa hasta que el cuadro cese y el niño pueda volver a alimentarse sin riesgos.
No existe relación entre bronquilolitis y asma aunque sus síntomas sean similares.
No hay vacunas en la actualidad que prevenga la aparición de la enfermedad.
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