Los hábitos de seguridad son los que duran toda la vida.
Iniciemos su práctica hoy mismo.
Limpiemos inmediatamente cualquier líquido que se derrame sobre el piso:
evitaremos resbalones y caídas.
Asegurémonos que los cables de los artefactos eléctricos no estén deteriorados:
evitaremos desgracias personales.
Limpiemos regularmente el horno de la cocina: no olvide que la grasa acumulada
puede ocasionar un incendio.
Identifiquemos con etiquetas todos los envases con productos inflamables.
Revisemos periódicamente el botiquín y tiremos los remedios en desuso: mantengámoslo
ordenado y los medicamentos bien identificados.
No ubiquemos estufas o calefactores cerca de los cortinados y muebles o cualquier otro
elemnto combustible.
Tengamos anotados en un lugar visible de la casa el número de los bomberos y hagámoslo
conocer a los miembros de la familia.
DIRECCION GENERAL DE EMERGENCIAS
SOCIALES Y DEFENSA CIVIL
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Subsecretaria General