El tipo de vida nocivo en ciudades modernas, ha llevado a que cada vez más sean las personas que se introducen en el mundo del “vegetarianismo”. Hoy en día más y más personas eligen no consumir carnes, ya que existen en el mercado una variable cantidad de productos que por la calidad y nutrientes que aportan, reemplazan perfectamente a los productos derivados del reino animal. Lo importante es tener bien en claro que una correcta dieta deberá ser balanceada en todos sus nutrientes: Proteínas, Hidratos de Carbono, Grasas, minerales, vitaminas y oligoelementos. Los alimentos ricos en fibras, bajos en grasas saturadas, sal y azúcar, colaborarán a que nuestro organismo comience a funcionar mejor.
El cambio de hábitos alimentarios, genera hasta un cambio en el carácter, disminuyendo la agresividad y sobrellevando de una manera más saludable, el estrés de la vida moderna.
La leche y la carne de soja son una muy buena opción para preparar pasteles de carne o milanesas de soja. El calcio que no incorporamos con la leche y sus derivados puede ser sustituido por hortalizas de hojas verdes, zanahoria y melazas. El hierro se lo puede consumir aumentando la ingesta de hortalizas de color verdes, cereales de grano entero, frutos secos, y legumbres secas.
La única vitamina que se halla en el reino animal es la B12, su deficiencia puede llegar a ocasionar anemia perniciosa; en el caso de las personas vegetarianas puras, se deberá prescribir la misma en forma de medicamento, específicamente en el caso de mujeres embarazadas, niños y ancianos. Una correcta dieta vegetariana así como todas sus variantes, deberá tender al equilibrio teniendo en cuenta los aspectos más esenciales.
Por otro lado la supervisión de un profesional idóneo será de suma importancia, adaptando sus gustos y hábitos a esta nueva dieta y teniendo en cuenta los requerimientos nutricionales que exija su edad, sexo, etc.
Acercándonos al verano muchas personas deciden iniciar esta dieta, pero no olvide que los correctos reemplazos de alimentos colaborarán para que su salud no se vea afectada de manera negativa. De esta manera comprobará que el mito que proclama que la comida vegetariana está privada de exquisiteces, y suele ser insulsa y desabrida, es falso.